Desde que entramos a Estados Unidos por Maine, hace dos meses, solo fue rodar con rumbo sur, con mucha lluvia, frío y congestionadas rutas. La llegada a Miami se nos hizo un poco tediosa por los cientos de semáforos y stop de la carretera 1, la cual pasa por todos los pueblos costeros sin dejar ninguno fuera de su trazado.
Cuando no nos queda otra opción allí nos sumergimos en las autopistas; es una tarea muy estresante debido a que tienen velocidades mininas que a veces no podemos cumplir. Repetidas veces recibimos algún que otro insulto, bocinazo y hasta lo mas peligroso un camión pegarse tras nosotros hasta casi chocarnos, agresión de luces y hasta el mas loquito tirarnos el camión cerrándonos contra las defensas de la ruta. Como queremos continuar con nuestro viaje y disfrutar con amigos de lindas charlas y asados preferimos los semáforos en cada esquina.
La Florida nos recibió con calorcito y una atmósfera tranquila.
La primer noche nuestros amigos y anfitriones: Norberto y Celia nos llevaron a una panadería Argentina. Que rico!!!!! Aunque parezca mentira todo nos asombraba. Sería que veníamos con hambre o que hacia mucho que no veíamos un miñón, una medialuna o un simple alfajor???. Con solo dos años fuera de Argentina seguimos extrañando la comida.
Pasamos quince días con nuestros amigos compartiendo ricas cenas ucranianas - argentinas y largas charlas de sobre mesa.
Conocimos una pequeña parte de la gran comunidad de Argentinos en Miami con los cuales pudimos compartir historias del viaje y hacerlos partes de nuestro sueño. Entre ellos nos encontramos con Adrian y Lorena que venían siguiendo nuestro viajes por la página desde Colombia. Nos quisieron agasajar de alguna forma invitándonos a pasar un hermoso fin de semana en las playas de los cayos. Comimos ricos asaditos bajo las estrellas y disfrutando de las arenas de la costa Atlántica que hacía mucho no veíamos.
Dejábamos Miami después de tres semanas con un poco de nostalgia, no habíamos podido disfrutar de las playas y la pesca siendo que estábamos fuera de temporada y los frio eran muy intensos.
El momento mas triste fue el de la despedida como nos sucede a menudo cuando conocemos gente que pasa a ser parte de la gran familia en la ruta.
Nos encontrábamos transitando por la autopista 95 camino a los Everglades, los famosos pantanos de cocodrilos de la Florida cuando se nos acerca una camioneta con dos argentinos que no podían creer lo que estaban viendo y sin dudarlo un instante nos invitaron a comer un asado al taller de carpintería. Como dice el dicho: “se sabe como empieza, pero no como termina”. Así venimos viviendo nuestros días en la carretera desde que salimos de Argentina.
Víctor organizó un asado al mejor estilo de obra, fuego en la vereda, tiras de asado, chorizo, morcilla, chinchulín, molleja, entraña y un pedazo de matambre que llevamos sin comer hace mucho. Unas llamadas de teléfonos y junto a todos sus amigos. Nos encontramos con gente increíble: misioneros, cordobeses, mendocinos, un porteño y hasta un hondureño con costumbres argentinas.
Los hermanos latinos-americanos siguen poniendo el toque cálido y amistoso por estas tierras del norte.
Conocimos a Ervey y su señora Alejandra quienes nos invitaron a disfrutar de los parques de Orlando. Pasamos un día maravillados con las fantasías de Disney y la compañía de los chicos. Recorrimos cuatro parques de diversiones en un día, desafiando la adrenalina que producen las montañas rusas. Parecíamos niños correteando por los juegos para no perdernos de las fantasías que alguna vez admirábamos desde niños.
Muchas gracias por todo el cariño que nos brindan día a día y el apoyo incondicional en esta aventura, las lindas palabras de aliento, la compra de las camisetas, los asados y los cientos de nuevos amigos.
SEGUIMOS VIAJANDO JUNTOS POR LAS RUTAS DE AMERICA
2 comentarios:
¡¡¡Que lindo cuando la realidad supera los sueños!!! Los quiero muchoooooooo!! Yiyo :)
y lo mas lindo compartirlo con los seres queridos.
besotess yiyo te keremos!!!
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