Después de un mes en Guadalajara, a la ruta nuevamente. Cuando pasamos mucho tiempo parados, nuestro espíritu nos pide a grito ruta, ruta!!!!! La energía tiene que volver a fluir.
Hicimos muchas cosas en Guadalajara: la impresión del libro y la presentación del mismo; un evento del club Renault; el doble desarme del motor y revisión de los rodamientos, semiejes y frenos. Todo esto en un mes, que fue muy movido.
El viernes al medio día, después de saludar a unos amigos, pusimos proa en dirección a Morelia por la carretera libre sin peaje. La 12 salió briosa sacando a relucir sus caballos de fuerza, los cuales un mes antes habían llegado un poco cansados a Guadalajara por el problema de los pistones rotos.
Hicimos tiempo para llegar el sábado a Morelia, con la idea de pasar el fin de semana con Jorge y su familia. Encontramos un hotelito por diez dólares y ahí nos quedamos. No acostumbramos en México a dormir en hotel, pero tenemos que tener cuidado donde parar.
Al día siguiente entramos con muchas ganas a Morelia al encuentro de Jorge y su familia que nos esperaban en su casa.
Pasamos un fin de semana muy lindo, nos llevaron a conocer la ciudad de noche, sus tradiciones y viejas fachadas de edificios iluminadas, donde llegan miles de turistas. El domingo visitamos dos pueblos cercanos: Patzcuaro y Quiroga la capital de las carnitas(carne de cerdo frita o cocida, en manteca o grasa de chancho). Parece una bomba pero son muy ricas. Cada tanto no mata a nadie.
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