sábado, 20 de agosto de 2011

APURADOS POR LLEGAR A SUDAMERICA

Llegamos al hotel Miramar, Surf camp en Nicaragua  a visitar a Pablo, su mujer y su hija recién nacida con quienes habíamos estado cuando íbamos de viaje hacia el norte; con la idea de pescar róbalo y comer langostas como la vez anterior. Pero nada es como la primera vez. Los róbalos no salieron y las langostas seguían baratas pero nuestro bolsillo no daba para lujos. Pasamos dos días con los chicos y salimos rumbo a Costa Rica.
Llegando a la ventanilla de aduana, frontera con Costa Rica, nos volvimos a quedar sin gasolina. Los nica nos habían dicho que en el país vecino la gasolina estaba mas barata y queríamos hacer rendir los últimos litros. Esta fue la tercera vez en todo el camino, que nos quedamos sin gasolina. Le preguntamos a un señor que pasaba por ahí, donde podíamos comprar algo de gasolina, y nos dijo que como a diez kilómetros podíamos encontrar una gasolinera. Pero por suerte un flaco con mas chispas que el anterior, nos vio con el bidón esperando para hacer dedo, y me preguntó si precisaba combustible. Sígueme, mi primo tiene y a buen precio, me dijo el flaco.
Nos metimos por un hueco y luego una puerta  que daba a una zona donde ellos le llaman Duty Free. Ahí vendían cosas mas baratas como whisky, pan, cigarros, jamón y también gasolina.
Regresé a la frontera, donde me esperaba Sami y empezamos con los trámites de Aduana y Migraciones. Los nicaragüenses nos volvieron a cobrar para salir. Bastante enojados por tener que regalarle el dinero a un país que no progresa y donde hay mucha pobreza, nos fuimos a hacer los tramites de entrada a Costa Rica.
Aquí nos encontramos con una pareja de argentinos de la provincia de Córdoba que también sueñan con llegar a Alaska con su camioneta Dodge Ram equipada con un hermoso camper. Estuvimos intercambiando datos y cada uno siguió su camino por rumbos opuestos.

El paso por Centroamérica fue rápido porque ya lo habíamos explorado casi todo en nuestro recorrido hacia el norte y también para no gastar dinero debido a que todo lo encontramos muy caro.Como dijo un amigo: le han perdido el respeto al dinero.
Después de un largo tiempo, en Costa Rica, volvimos  a dormir en el auto. La primera noche no le encontrábamos la vuelta, pero al día siguiente nos reencontramos con nuestros lugares. Por suerte en Estados Unidos compramos un pequeño ventilador que nos ayuda a dormir  como reyes esas noches que no corre ni una pequeña brisa.
Nos quedó pendiente la visita a nuestros amigos tandilenses que viven en Costa Rica. No queríamos permanecer mucho en este país porque todos los precios se habían ido a las nubes. Cada vez que cargábamos gasolina era un dolor de bolsillo. Era la primera vez que pagábamos 1,40 dólares el litro de gasolina. Dos días nos llevó cruzar el país, comiendo frutas y algunas verduras que comprábamos a los campesinos al costado de la carretera.
Llegamos a la frontera con Panamá. Lo primero que nos dice una mujer cuando nos acercamos a la ventanilla de Aduana fue: en que auto vienen viajando??, en ese verde, le contestamos.  Ahhh noooo.. no pueden entrar al país con todas esas calcomanías y esas banderitas.
Imagínense sacando todos las calcos y plotter. Nos pusimos firmes y a discutir. Por suerte después de unos 10 minutos la mujer se fue a comer y a reponerse de la mala noche que había tenido. Eso supusimos nosotros.
Nos atendió un muchacho, nos pidió los papeles, miró el auto, y nos dijo: que viaje chicos, no?? Estuvo una hora para llenar 4 renglones en un formulario que tiene cargado en su PC. Pero bueno, al fin lo hizo. Una semana mas tarde cuando fuimos a hacer la salida del auto en Panamá City nos dimos cuenta que había llenado mal la planilla y el número de chasis no coincidía con el del título del auto. En fin.
Llegamos a Panamá City. Aquí teníamos dos grandes cometidos. Averiguar como pasar el auto a Colombia y ver como haríamos nosotros. Todo este movimiento implica desembolsar una gran cantidad de dinero.
Por suerte fuimos muy precavidos y guardamos 2000 dólares cuando trabajamos en la cosecha de maíz en Canadá, para estos momentos tan difíciles en el que uno se encuentra muy cansado y con ganas de regresar a casa. Muchas veces nos hicieron falta, pero hicimos garra y salimos adelante con la venta del libro y de las fotos. Hacíamos como si no existieran y funcionó muy bien.
Como no encontramos camping, ni casa de conocidos para hospedarnos, nos quedamos en un hotel muy barato, donde todas las noches sonaba el timbre, Gente que entraba y salía todo el tiempo. Pero no nos quedaba otra opción.
Empezamos a llamar a las navieras y cada vez nos asustábamos más con los precios que nos cotizaban. Al mismo tiempo averiguábamos aerolíneas para volar a Cartagena. Todo había cambiado en dos años.
La Aerolínea Aires, con la que volaron Martín y Ali, los chicos del Peugeot 206, ya no existía mas. Ellos hace un año habían conseguido volar a Cartagena por 290 dólares los dos. Hoy Copa Airlines nos cotizó por 680 dólares los dos.
Después de tanto averiguar para pasar el auto, terminamos cerrando negocio con Wallenius. La misma empresa que nos pasó el auto cuando íbamos hacia el norte. Pero esta vez nos costó casi el doble.
Hicimos los tramites por internet con el encargado de la naviera y luego viajamos a Colón donde continuamos con los tramites y embarcamos el auto en el puerto Manzanillo.
La próxima subida será desde SUDAMERICA!!!!!!!!!!!!!!!!

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